RUTINA FACIAL: PONIENDO ORDEN EN TUS PRODUCTOS

¿Saturada? Te ayudamos a poner orden a los productos naturales de tu rutina diaria de cuidado facial. Hay productos que se aplican por la mañana, otros por la noche y otros con carácter semanal. 

El 1º paso es limpiar la piel. Elige un limpiador facial con la textura que más te guste: aceite, crema, gel o leche. Este paso es esencial por la mañana para que sean efectivos los productos que apliques después, y por la noche para desmaquillarte y aplicar el tratamiento nocturno. Para las amantes de la doble limpieza, recomendamos seguidamente el uso de un jabón facial. Su uso continuado mejorará el aspecto de tu piel y aportará luminosidad.

El 2º paso es el tónico. Equilibra el pH después de la limpieza, aporta tonificación, refresca y descongestiona tu piel. Con el tónico se retiran las células muertas que quedan en la superficie de tu piel, favoreciendo la penetración y efectividad de los productos aplicados a posteriori. Aplica una pequeña cantidad suavemente y sin arrastrar, bien directamente o con un algodón orgánico. Ahora tu piel respira.

El 3º paso es el sérum. El sérum es el complemento ideal de tu crema hidratante, una exquisita fórmula con una alta concentración de activos que tiene una textura ligera y se absorbe de inmediato. Se aplica antes de la crema hidratante y actúa para tratar una cuestión específica: aportar firmeza y elasticidad a la piel; eliminar manchas, marcas, cicatrices y otras irregularidades de la piel; revitalizar y regenerar las pieles apagadas; nutrir en profundidad; unificar tono y aportar luminosidad… No es un indispensable, pero sí muy recomendable para pieles maduras y, en cualquier caso, para abordar aquello que más te preocupa de tu rostro.

El 4º paso es el contorno de ojos. Se utiliza para cuidar la piel que rodea los ojos, que es la más fina y sensible de nuestro rostro y se aplica con ligeros toquecitos alrededor de los mismos para favorecer la circulación. Los contornos de ojos están formulados para favorecer la micro-circulación y drenaje linfático de la zona, tratar las bolsas y ojeras, aumentar la elasticidad de la piel, descongestionar párpados, aportar luminosidad a la mirada y combatir los signos de la edad. Lo puedes usar mañana y/o noche; lo más importante es ser constante.

El 5º paso es la hidratante. Junto con la limpieza, es el paso más importante para mantener una piel saludable. La mayor parte de las hidratantes faciales son cremas, pero también las hay en formato de bálsamo u oleoso. Según las necesidades de tu piel, también hay tónicos, micelares y sérums que pueden cumplir la función de hidratación que tu piel necesita. Algunas cremas están especialmente indicadas para su uso exclusivo por la noche dada la acción fotosensibilizante de la bendita vitamina A, que nos protege frente a los radicales libres y tiene un gran poder antioxidante.

El 6º paso es la protección solar. Lo que en ningún caso puedes dejar fuera por las mañanas para mantener tu piel protegida del exceso de exposición a la luz del sol, es la aplicación de protección solar, que puede estar contenida en tu crema hidratante de día o incorporarse como paso inmediatamente posterior. Es un paso esencial para prevenir el envejecimiento prematuro de tu piel y las pigmentaciones.

Exfoliación y mascarilla: Es el reset que tu piel necesita. Dedica un tiempo una vez a la semana a exfoliar e hidratar tu piel en profundidad. Con la exfoliación, eliminarás las células muertas acumuladas en la epidermis que el cuerpo ha sido incapaz de retirar. Ayudará a que tu piel se vea como nueva: fresca y luminosa. Y con la mascarilla, conseguirás ese extra de hidratación que necesitas en las capas más profundas de tu piel.