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Consigue una piel luminosa: ingredientes, consejos y errores comunes

Consigue una piel luminosa: ingredientes, consejos y errores comunes

¿Qué significa tener la piel bonita? ¿Qué cualidades transmiten salud y belleza? Una de las cosas que más claramente nos trasmiten sensación de belleza es un rostro cuya piel está luminosa y tiene brillo. Hoy vamos a aprender consejos, ingredientes y errores comunes en la búsqueda del brillo perfecto.

En general, cuando hablamos de piel luminosa y brillo en el rostro, no pensamos en una definición científica, sino más bien en una sensación general de salud y bienestar. Suena vago y poco preciso, porque el concepto de “radiante” es difícil de poner en términos tangibles. Después de mucho leer, consultar, hablar y sopesar, os damos una lista de características que se asocian con la piel luminosa:

  • La piel bien hidratada y elástica tiende a verse más luminosa; esto ocurre también al contrario: la piel seca a menudo se ve más opaca y apagada.
  • La capa más externa de la piel tiene células muertas (suena mal pero esto es bueno, supone una barrera de proección). Sin embargo, estas células muertas tienen un tono más apagado. La clave de una piel luminosa es mantener un buen equilibrio entre quitar el exceso de células muertas de la capa más externa, de forma que las células más jovénes que hay debajo sean visibles, sin comprometer la barrera natural que ofrecen. El motivo por el que las células nuevas dan brillo a la piel es que cumplen mejor la funcion de reflejar la luz.
  • La piel con brillo normalmente está bien alimentada internamente. Esto quiere decir que un rostro radiante también tiene que ver con cómo te cuidas: la alimentción, el sueño y la exposición a ambientes saludables contribuyen.

Por supuesto, algunas pieles lo tendrán más fácil, o serán más propensas, a tener esa luz que estamos buscando, e incluso este brillo puede incorporarse con rutinas de maquillaje. Sea como sea, cuando lo consigues: ¡se nota!

5 pasos imprescindibles

  1. Opta por ingredientes suaves, sin blanqueantes y que aporten luminosidad.

Son muchos los ingredientes que pueden ser tus aliados en este camino hacia una piel con brillo. Según qué tipo de piel tengas y cómo sea tu rutina, unos u otros pueden ser más adecuados. Son ingredientes que puedes incorporar en diferentes pasos de la rutina: la limpieza facial, el sérum, la crema, la mascarilla, etc.

  • Vitaminas C y E. Son antioxidantes que ayudan a estimular la producción de colágeno y pueden dar brillo a la complexión general. Además, van a contribuir a mejorar la firmeza y a suavizar las líneas de expresión
  • Los aceites esenciales de cítricos, de salvia y apio, o las flores de Bach son muy buenos para combatir las manchas y corregir zonas oscuras, que puede ser lo que esté restando luminosidad al rostro.
  • Otros ingredientes nos aportarán luminosidad, como el extracto de cylindrotheca fusiformis (un alga con una poderosa acción anti-arrugas que, además, incrementa la síntesis de colágeno), el hidrolato de lavanda (que alivia y suaviza la piel) o el aceite esencial de gálbano.

Aprovechamos para recordar que debemos evitar ingredientes tóxicos o agresivos, que aclaran la piel por reducción de la pigmentación cutánea y pueden tener una actividad tóxica sobre los melanocitos. Las sustancias como hidroquinonas pueden causar enrojecimiento y quemaduras y su acción decolorante es débil y desaparece cuando se deja de aplicar el producto. Recomendamos apostar por productos naturales, respetuosos, suaves y que son efectivos sin producir daños ni efectos secundarios en tu piel, en tu bienestar o en tu salud.

  1. Encuentra tu punto de equilibrio en la exfoliación.

Casi todas las conversación sobre brillo y luminosidad en la piel se centran alrededor de la exfoliación, por su eficacia para eliminar células muertas que son causa de piel opaca y apagada. Sin embargo, esta rutina hay que aplicarla de forma responsable y comedida.

Recomendamos un exfoliante de grano fino con ingredientes naturales, que permita una exfoliación suave y eficiente.

¿Y con cuánta frecuencia? Mejor pecar de menos que de más. Generlamente, una exfoliación a la semana es un buen punto donde empezar y a partir de ahí ir experimentando con tu piel, tus necesidades y cómo te sienta. Irás notando si necesitas añadir este paso alguna vez más a la semana o si lo puedes espaciar aún más.

  1. Nutre tu barrera natural.

Sin una barrera natural fuerte y robusta, es muy difícil tener la luminosidad que estamos buscando. Recomendamos mantener la piel hidratada y nutrida como parte de tu rutina habitual. Para ello, lo ideal es limitar los agentes agresores e irritantes y aumentar el soporte a través de cremas hidratantes.

Por supuesto, una buena limpieza debería ser suave y respetuosa. Desconfía de los productos que te dejen la piel demasiado tirante, seca o irritada. Todos esos pueden ser signos de que la barrera natural de la piel está siendo agredida.

Los antioxidantes también pueden ser buenos aliados contra el estrés ambiental, los radicales libres y otras sustancias que apagan tu piel.

  1. Cuídate por dentro.

Cuidar tu piel desde dentro es una gran inversión. Los expertos recomiendas incorporar grasas saludables, antioxidantes y proteínas en la dieta.

  1. Descansa.

El “sueño de la belleza” no es solo una frase bonita, es una gran verdad. Ya, ya sabemos que es más fácil decirlo que hacerlo. Pero no podemos dejar de mencionarlo: invierte en tu descanso, será tu gran aliado para tu bienestar mental, emocional y físico.

Errores más comunes

Incluso las rutinas de belleza más exigentes pueden estar dejando de lado alguno de los puntos más relevantes para una piel luminosa. Os contamos algunas prácticas que pueden reducir el brillo de tu piel.

  • Una exfoliación inapropiada. Como suele decirse, en el punto medio está la virtud. Así como la exfoliación te ayudará a retirar las células muertas que te están dando el tono apagado, un exceso de exfoliación puede acabar con esa barrera protectora y darte una piel irritada, que es lo opuesto a lo que estamos buscando.
  • Una hidratación demasiado ligera. O, peor, ¡ninguna hidratación!
  • Hidratación interna y nutrición: son dos cosas que hay que cuidar. Una piel saludable y radiante va a empezar siempre “por dentro”. Y, si bien los cosméticos e incluso el maquillaje van a darte muchos puntos, el mejor lugar para comenzar siempre es la salud y el bienestar que vienen de dentro.
  • Falta de sueño. El mayor rejuvenecedor y recuperador para la piel y su impacto se nota en las células del rostro.
  • Estrés del día a día. Esto también impacta en tu cuerpo y, a su vez, puede traducirse en piel más apagada.
  • Medio ambiente: la contaminación también contribuye a que tu piel se llene de suciedad y te deje un tono más opaco. Recuerda que una buena limpieza facial será siempre tu mejor aliado.
  • Mover el cuerpo: hacer ejercicio y aumentar la circulación en tu cuerpo es una forma buenísima de dar un tono saludable a tus mejillas. Mueve el cuerpo, camina, baila y haz ejercicio: tu piel lo notará.

Si quieres una piel luminosa, mira nuestros productos naturales. En Caredamia estudiamos cada producto y la selección que os traemos está hecha con mucho cuidado, poniendo toda la atención en los ingredientes, los procesos productivos, los valores de sus fabricantes y el respeto por el planeta y por tu salud. Por eso, cuando compras en Caredamia, estás apostando por un valor seguro. Es tu momento, para cuidarte, mimarte y mantener una belleza saludable: bienvenida a la cosmética natural con Caredamia. Te acompañaremos en tus rituales de belleza y salud. 

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