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Protectores solares: las etiquetas no te cuentan la historia entera. Lee aquí cómo proteger tu piel (y el medio ambiente) | Caredamia

Protectores solares: las etiquetas no te cuentan la historia entera. Lee aquí cómo proteger tu piel (y el medio ambiente)

Fotoenvejecimiento

Cuando exponemos la piel al sol, nuestros cuerpos producen vitamina D. Esta vitamina ayuda en la absorción de calcio, a fin de mantener nuestros huesos sanos y fuertes y desempeña un papel esencial en nuestro sistema nervioso, muscular e inmunitario. Sin embargo, demasiada exposición a los rayos ultravioletas del sol puede producir daños en la piel, en los ojos, supresión del sistema inmunitario y cáncer de piel.

A corto plazo, la exposición al sol sin protección puede significar tener que lidiar con una quemadura, pero también puede haber consecuencias a largo plazo acechando nuestra piel, incluso sin haber experimentado quemaduras previamente. El sol envejece prematuramente nuestra piel. A este fenómeno se le denomina fotoenvejecimiento y, además de sus consecuencias a nivel estético, puede provocar cáncer de piel.

A diferencia del envejecimiento cronológico, que está relacionado con la edad y la genética, el fotoenvejecimiento se da cuando la luz ultravioleta impacta en la piel que no está protegida causando cambios en el ADN.

La piel se compone de tres capas: la epidermis o capa externa, la dermis o capa intermedia y el tejido subcutáneo o capa profunda. La dermis contiene colágeno, elastina y otras fibras que constituyen la estructura de la piel y le dan un aspecto liso y juvenil. Tanto la epidermis como la dermis pueden ser dañadas por la radiación ultravioleta (UVR).

Los rayos ultravioleta se componen de dos tipos diferentes de ondas, los rayos UVA y UVB:

  • Rayos UVA: Este tipo de radiación daña tanto la capa más superficial de la piel (epidermis) como su capa intermedia (dermis). Es la responsable también de daños a células epidérmicas y capilares, pero al colágeno y las fibras de elastina que se ubican en la dermis y dan a la piel su tersura y elasticidad juveniles.
  • Rayos UVB: Los rayos UVB son más cortos que los rayos UVA y dañan el ADN de la epidermis de manera más potente. Son los principales causantes de las quemaduras solares y pueden provocar la formación de células pre-cancerosas.

Aunque el daño en la capa intermedia de la piel (dermis) se haya provocado antes, pueden pasar años hasta que sea visible en la superficie (epidermis). Normalmente, los signos del fotoenvejecimiento comienzan a mostrarse en la adolescencia o el principio de la década de los veinte. Entre los síntomas, se encuentran:

  • Arrugas.
  • Cambios en la pigmentación: manchas y pecas.
  • Pérdida del tono de la piel (disminución de la elasticidad).
  • Textura de la piel áspera o desigual.
  • Capilares rotos (arañas vasculares), generalmente alrededor de la nariz y el pecho.
  • Enrojecimiento y manchas.

Protectores solares químicos y protectores solares minerales o físicos

Para prevenir el fotoenvejecimiento es necesario utilizar un protector solar de amplio espectro que blinde la piel de los rayos UVA y UVB.

Hay dos tipos de protectores solares: los protectores solares químicos y los protectores solares físicos (o minerales).

Los protectores solares químicos

Los protectores solares químicos son aquellos cuyos componentes activos (esto es, aquellos componentes destinados a ejercer la acción de protección frente a la radicación) son químicos sintéticos, como la oxibenzona, octinoxato o avobenzona.

Los protectores solares químicos permiten que los rayos ultravioleta penetren la piel. Una vez absorbidos, los activos del protector solar generan una reacción fotoquímica en la que la luz ultravioleta se convierte en calor y se disipa de la piel.

El problema con los protectores solares químicos es que sus ingredientes activos han hecho saltar las alarmas después de que diversos estudios científicos los vincularan con alergias, daños celulares, envejecimiento prematuro, dermatitis de contacto e incluso como sustancias cancerígenas o disruptores endocrinos, además de otros efectos dañinos para nuestro organismo en otros aspectos.

Además, estos ingredientes activos presentes en los protectores solares químicos causan un daño permanente en el ADN de los arrecifes de coral. En algunos casos, los arrecifes de coral han disminuido dramáticamente y la contaminación de estos ingredientes activos presentes en los protectores solares químicos ha demostrado ser un factor mayor en la destrucción de los arrecifes de coral. Este tipo de contaminación no solo impacta en los corales, sino que también lo hace potencialmente en todos los organismos que viven en los arrecifes de coral, incluidos peces, plantas marinas, tortugas de mar y otros mamíferos marinos.


Protectores solares físicos o minerales

A diferencia de los protectores solares químicos, los protectores solares físicos o minerales usan ingredientes activos de origen natural para ofrecer protección frente a la radiación ultravioleta. Concretamente utilizan óxido de zinc y/o dióxido de titanio. Estos activos actúan bloqueando la radiación ultravioleta de nuestra piel, como si de un escudo se tratara y no permiten su absorción. Gracias a este funcionamiento, no es necesario su aplicación un tiempo antes de la exposición solar, ya que comienza a actuar de inmediato.

El dióxido de titanio protege frente a la radiación UVB y parcialmente frente a la UVA. El óxido de zinc ofrece protección de amplio espectro tanto de rayos UVB, como de rayos UVA.

Históricamente, la aplicación de este tipo de filtros ha sido un poco menos práctica que la de su homólogo químico, dado que puede dejar rastros blanquecinos en la piel y aportar una textura más untuosa. Para evitar esto, la industria ha tendido a la disminución del tamaño de estas partículas hasta llegar a su descomposición en nanopartículas.

Sin embargo, los filtros físicos con nanopartículas también generan cierta preocupación en la UE, dado que el tamaño de las partículas es suficientemente pequeño como para atravesar la barrera cutánea y penetrar en el torrente sanguíneo o ser inhalado (especialmente en aquellos formatos tipo spray). Hoy en día en la UE es obligatorio que se especifique en el envase cuándo el filtro físico contiene nanopartículas (nano), por lo que los usuarios lo pueden averiguar fácilmente.

Con las evidencias que disponemos en la actualidad, los filtros solares más seguros y efectivos para las personas son los filtros físicos o minerales con óxido de zinc o dióxido de titanio sin nanopartículas.  Además, éstos (los filtros físicos no nano) también están considerados más seguros que cualquier otro filtro solar para la preservación de los arrecifes de coral y de la vida marina.

Protectores solares naturales

Los protectores solares naturales cuentan con una fórmula con ingredientes de origen natural en lugar de químicos sintéticos. Esto significa que no presentan químicos sintéticos ni tóxicos potencialmente dañinos para la piel entre todos sus ingredientes. Evitan los parabenos, los ftalatos, los conservantes agresivos y solo utilizan como ingredientes activos el óxido de zinc y/o el dióxido de titanio. Por lo tanto, todos los protectores solares naturales son también minerales o físicos.


¿Por qué elegir un protector solar natural?

Todos los que escogemos un protector solar natural, lo hacemos por nuestras propias razones. Estas suelen ser algunas de las más populares:

  • Menos exposición a químicos sintéticos. La mayor parte de personas que escogen un protector solar natural lo hacen porque desconfían de este tipo de ingredientes y están buscando reducir la cantidad de químicos sintéticos a los que están expuestos a diario. Como mínimo, los ingredientes activos de los protectores solares químicos han sido puestos bajo escrutinio por sus posibles perjuicios en la salud de las personas (como disruptores endocrinos, por ejemplo).
  • Reducción del impacto negativo en el medio ambiente. Hay evidencias que muestran que los protectores solares químicos están contaminando el medio ambiente. Un día de hoy hay una preocupación creciente por las consecuencias que está teniendo en el medio marino y, más concretamente, en los arrecifes de coral. De hecho, desde enero de 2021, Hawaii ha prohibido la venta y el uso de los protectores solares con ingredientes activos oxibenzona y octinoxato, muy comunes entre los protectores solares químicos.
  • Los protectores solares químicos pueden irritar la piel. Los protectores solares químicos sí permiten la absorción de rayos ultravioleta, lo cual genera una reacción fotoquímica con los ingredientes activos del protector solar, que finalmente se transforma en calor que se disipa de la piel. Este proceso es más agresivo que el utilizado en los protectores físicos (que bloquean la penetración de los rayos UV en tu piel y en el que no existe ninguna reacción fotoquímica), por lo que es más susceptible a irritaciones u otras reacciones en la piel.

Protector solar natural: ¿Qué mirar antes de comprar?

  • Que sus ingredientes activos sean óxido de zinc y/o dióxido de titanio no nano.
  • Que no estén en formato spray para evitar riesgos asociados a su inhalación.
  • Que sean de amplio espectro, esto es, que protejan de los rayos UVA y UVB.
  • Que sus ingredientes sean de origen natural y no contengan ingredientes. cuestionables como derivados del petróleo, siliconas, colorantes y perfumes de síntesis u otros no autorizados por los organismos reconocidos de certificación de cosmética natural y orgánica.
  • Que sean resistentes al agua en el caso de que sea para su uso en piscina o playa.
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