a partir de 30€
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Venimos de una semana muy intensa con multitud de consultas personalizadas. A todas las que habéis participado: ¡gracias! Nos encantan estos ratitos, aprender de vosotras, de vuestras rutinas y hablar sobre lo que os importa.
Una cosa que no nos cansamos de repetir es lo importante que es limpiar bien la piel. A veces, se os olvida. Nos pasamos tanto tiempo hablando de cómo elegir un sérum que complemente bien nuestra rutina y ataque alguna cuestión concreta de nuestra piel o cómo cambiar la higiene de nuestro cabello con el champú adecuado que se nos olvida que el mayor enemigo de nuestra piel es permitir que la suciedad, la contaminación, los restos de maquillaje o las mil pequeñas interacciones del día a día dejen su huella en forma de piel apagada, poros abiertos, manchas o repentinos granitos.
Os lo digo, escuchad bien: LIMPIEZA FACIAL. No, espera, tacha eso. ¿Querías lentejas? Pues dos tazas. DOBLE LIMPIEZA FACIAL. No te desesperes, tu rutina no se va a hacer más pesada. De hecho, esto es tan importante, que te aconsejamos que te centres en la doble limpieza facial y te damos permiso para saltarte algún otro paso (o dejarlo para otro momento).
¿Cuándo es más importante la limpieza facial? Nos dan ganas de decir “siempre”, por la mañana y por la noche, pero nos vamos a mojar. Si tienes que elegir dónde poner más esfuerzo y dedicación, es más importante la noche. Durante el día estamos expuestos a todo tipo de sustancias, gérmenes, contaminación, maquillaje, etc. y nuestra misión es limpiar la piel de todos estos restos. Lo hacemos en dos pasos. Primero queremos retirar sudor, bacterias, células muertas. Para ello necesitamos un limpiador basado en grasa o un bálsamo; típicamente, estos productos estarán basados en aceites, leche o mantecas. En la segunda fase queremos penetrar más en los poros para retirar cualquier tipo de impureza, y lo hacemos con un limpiador de base acuosa.
En la primera ronda, lo ideal es limpiar hasta que no quede rastro de maquillaje en el disco o muselina que estés usando para aplicar el limpiador. Cuando no llevas maquillaje, asegúrate de hacer varias pasadas y notar como tu piel se libera de toda la carga de residuos del día, incluidos los restos de todas las interacciones, como la misma grasita de las manos cuando te tocas. Las pieles propensas al acné deben liberarse del exceso de sebo y no deberían quedar restos de otras cremas, como el protector solar. Como este paso lo haremos con un limpiador basado en grasa o un bálsamo, se trata de una limpieza que se siente muy suave, nada agresiva y, de hecho, sus ingredientes son protectores de la piel. Aprovechamos para comentar que es por esto las personas que tienen la piel sensible notan mejoría cuando escogen productos basados en aceite, también para las siguientes fases de la rutina facial. Pero esto da para otro post, así que volvamos a lo que aquí nos ocupa. ¿Dónde estábamos? Ah, sí: el primer paso de la doble limpieza facial, soluciones prácticas. Te ayudamos a elegir el producto que necesitas.
Si sueles lleva maquillaje, te encantarán estos productos. Con baseo oleosa, suaves, respetuosos y con múltiples beneficios, muy eficientes a la hora de retirar el maquillaje y llevarse todas las sustancias que hemos acumulado en la piel.
¿Y si no te has maquillado? También necesitas este primer paso. Seguro que te has puesto protector solar, quizás uno de base mineral (que son los que os aconsejamos aquí). Seguro que has estado expuesta a todo tipo de situaciones, incluido tocarte la cara con las manos, que siempre dejan su grasita. Seguimos recomendando que te apliques un buen lavado con un producto de base grasa. Quizás optes por un jabón sólido como estos que te ponemos aquí, que son de base oleosa y son perfectos para eliminar todos los restos que el día a día deja en tu piel. Como son espumosos y suaves, podrás lavarte bien y a fondo sin necesidad de utilizar ningún material que no sean tus manos, agua y un poquito de producto.
Y con toda esta mugre fuera, vamos a por una limpieza acuosa profunda. No, no se trata de que te salpiques con agua. Escoge un limpiador de base acuosa y aplícalo masajeando. Esto te ayudará a retirar algún resto de maquillaje, toxinas, contaminación y la acumulación de sustancias en tu piel. Además, como los limpiadores acuosos suelen tener ingredientes muy beneficiosos, recomendamos aplicarlo durante un minuto (¡o dos!), lo que les permitirá penetrar y hacer su función.
¿Cómo saber si un limpiador es “de base acuosa”? Fíjate en si su primer ingrediente (están siempre ordenados en función de su proporción, siendo el primero aquel del que más hay) es, literalmente, agua. También nos valen los hidrolatos, que son aguas florales, esto es, aguas aromáticas que se obtienen mediante la destilación por vapor de diferentes plantas y flores. De hecho, los limpiadores que sean suaves y no tengan base grasa te van a funcionar, por lo que puedes optar por diferentes presentaciones (gel, pastilla, espuma) y diferentes formulaciones. Esto te permitirá también adaptar tu rutina a las necesidades de tu piel. Recuerda, ya has hecho una primera limpieza y no queremos resecar ni agredir: elige un limpiador suave y respetuoso, libre de sulfatos o de ingredientes “duros”.
Un truco que te ayudará a recordar los principios de la doble limpieza facial es esta frase que nos prestó una dermatóloga a la que consultamos: “semejante disuelve lo semejante”. Esto es, los limpiadores basados en aceites son mejores para disolver la suciedad basada en aceites y los limpiadores basados en agua son ideales para el resto de suciedad.
Por cierto, la temperatura importa. Si te lavas con agua que está demasiado caliente, podrías irritar la piel, especialmente si tienes acné u otras afecciones como rosácea. Intenta poner el agua templada.
¿Para quién es importante la doble limpieza? Es importante para ti si llevas maquillaje durante el día o si te pones protector solar mineral (que deberías, sí, todo el año). Es especialmente útil para preparar la piel para otros productos de tu rutina de belleza, como el sérum, la hidratante o para que ingredientes como la vitamina C o el ácido hialurónico penetren y hagan su “magia”. Es fundamental para los que viven en una ciudad con altos niveles de contaminación; las toxinas ambientales y la contaminación tienen un efecto documentado en la aceleración del proceso de envejecimiento, por lo que limpiar y eliminar bien todos los restos será una de las cosas más importantes que puedes hacer por tu piel. Si tienes piel propensa al acné, notarás los beneficios de forma muy notable, y tendrás que elegir de forma especialmente cuidadosa tu limpiador para que esté bien adaptado a tus necesidades.
Sí, esto de la limpieza doble siginifica un poco de paciencia. Por suerte, tenemos limpiadores que te encantarán por su textura, su olor y sus sensaciones, por lo que el proceso será también muy placentero. Tu piel está más limpia y recomendamos, al menos poner un poquito de crema hidratante, de forma inmediata y profunda, para asegurarnos de que la piel se mantiene en perfectas condiciones.
Y ahora que ya lo tenemos claro, que ya sabemos que es importantísimo lavar (y re-lavar) la piel del rostro, la pregunta polémica: ¿es posible lavarla demasiado? No queremos quitar a la piel sus aceites naturales, por eso es muy importante que elijas productos libres de sulfatos que no den lugar a sequedad, sensibilidad o irritación. Si has notado estos efectos, lo primero que tienes que hacer es cambiar tus productos y encontrar el más adecuado para tu piel. (Te recordamos que en Caredamia siempre puedes solicitar una consulta personalizada). Hay que reponer la barrera natural de la piel para que esta recupere su fortaleza y no tenga muestras de sensibilidad agudizada.
Mensajes que estamos recibiendo de quienes comienzan esta rutina de doble limpieza facial: “Es mi paso favorito de la rutina facial porque me encantan las sensaciones y los resultados son tangibles”. “Ese momento en el que paso de una cara con maquillaje ya cansado hasta una piel fresca y limpia me da una gran satisfacción”. Un momento de relax, de desconexión, de bienestar y salud. Porque este ratito de doble limpieza, o incluso toda tu rutina de belleza, puede ser, no una tarea, sino una pequeña indulgencia. La recompensa es doble: tu momento Caredamia diario y una piel que se siente y se ve mucho mejor.
Como siempre, en Caredamia estudiamos cada producto y la selección que os traemos está hecha con mucho cuidado, poniendo toda la atención en los ingredientes, los procesos productivos, los valores de sus fabricantes y el respeto por el planeta y por tu salud. Por eso, cuando compras en Caredamia, estás apostando por un valor seguro. Es tu momento, para cuidarte, mimarte y mantener una belleza saludable: bienvenida a la cosmética natural con Caredamia. Te acompañaremos en tus rituales de belleza y salud.